En la LIFT Conference 2009, celebrada en Ginebra, dos inventores han presentado un curioso ordenador, el QB1. Con un diseño sobrio y articulado, esta máquina está revestida de un material negro y, cuando reconoce a alguien, su pantalla se gira por sí sola hacia el usuario. Para darle órdenes no se necesita ni un teclado ni un ratón: QB1 es dirigido tan sólo con gestos de las manos. El ordenador puede tener en cuenta, de manera simultánea, los movimientos de las dos manos del usuario.