Ante la triste realidad, una parte de los expulsados han formado las llamadas «Comisiones de la Diáspora». Denuncian, en primer lugar, «la ilegitimidad que desde un punto de vista democrático supone el modo en que se ha configurado el actual mapa político del País Vasco». Asimismo, constatan que el censo electoral de la comunidad autónoma se encuentra «gravemente alterado por procedimientos terroristas y coactivos, y no sólo por la eliminación física de numerosas personas, sino por el éxodo», provocado por ETA, directa o indirectamente.