Ramos permaneció en el suelo como zorro viejo esperando una reacción arbitral que no llegó, y al levantarse se dirigió a Balotelli a decirle algo. Fue lo último que Balotelli escuchó en el partido. En la siguiente jugada se acercó al área para rematar a gol y antes de que el balón empezase a bajar ya estaba tumbado en el césped, atropellado por un avión, con la espalda hundida y las costillas del revés; a Balotelli le puso Ramos el esqueleto del otro lado, con el esternón en tembleque, y a partir de ese momento todo resultó raro en Balotelli...