"Vinimos cargados de esperanza e ilusionados pensando que Afganistán volvería a ser un país en paz. Pero, después de 10 años, tengo miedo a que un suicida o un bombardeo nos mate". Para ser una guerra que, según los líderes occidentales, debía traer la paz, la libertad y la prosperidad al pueblo afgano, en estos diez años sólo le ha proporcionado sufrimiento, pobreza y fantasmas.