Según el FBI, cajeros automáticos de 49 ciudades, incluyendo Atlanta, Chicago, Nueva York, Montreal, Moscú y Hong Kong, fueron usados para una estafa coordinada. Unos hackers entraron en el sistema de seguridad de una empresa, duplicaron las tarjetas de débito en que cobraban los empleados, eliminaron el límite de crédito de disposición, y con 100 tarjetas, en 130 cajeros, se quedaron con 9 millones de dólares. Todo en un rango de tiempo de 30 minutos.