Hoy se pone fin a la «acampada protesta» de Segundo Quiñones frente al Palacio de La Moncloa. Una quincena de personas hizo falta ayer, entre sanitarios, Guardia Civil y Policía Municipal, para llevar a cabo el procedimiento previo a la notificación de su desalojo. Un agente local, con muy poco talante, le avisó de su retirada en el día de hoy: «Las órdenes vienen de arriba», le explicó sin más. Eso sí, con gran entereza, Segundo advirtió de que su lucha continuaría: «Estoy dispuesto a jugarme la vida, aquí o en el otro lado del puente