En España, al realizar la policía controles de identidad, aborda preferentemente a personas pertenecientes a minorías étnicas sin más motivo que el color de su piel. Con el pretexto del “control de la inmigración”, en un mismo día se puede parar varias veces para comprobar su documentación a cualquiera que no tenga “aspecto europeo”. Las autoridades españolas niegan que se apliquen perfiles raciales. Este informe, sin embargo, documenta la práctica habitual de los controles discriminatorios de identidad.