Unas oposiciones con trampa, un examen filtrado, un juicio que no encuentra culpables y 45 sospechosos. Estos son los ingredientes del cóctel que amenaza con dejar a la Policía Local de Sevilla mucho más que en los huesos en cuanto a efectivos. Porque la capital andaluza podría perder alrededor del 5% de su plantilla de agentes municipales si se ejecuta la sentencia que, como una espada de Damocles, pende sobre el proceso de selección que el Ayuntamiento hispalense convocó en 2008 y llevó a cabo cuatro años después, en 2012.