En esta vida hay muy pocos temas que no puedan ser tratados con ciertas dosis de humor, mi abuelo decía, con razón, que es eso o terminar en un psiquiátrico. Yo tiendo a ser más serio - él era un verdadero coñón -, porque hay cosas que me repatean el hígado. Por ejemplo, difícilmente podría encontrarle la gracia al asesinato de 191 personas y menos tratarlo con frivolidad...