Lo de El Jueves fue un secuestro fuera de tiesto, es tan obvio que no voy a añadir más. Pero aquí en mi barrio nos han secuestrado otra cosa, y es que hoy no es domingo del todo. Un generador, a modo de motor al ralentí, rompe lo que cada domingo era normal. No el silencio, que eso es un imposible, sino el descanso semanal de la constante de ruidos maquinales. Esta ciudad cada día más turística, más escaparate, se está convirtiendo en algo ideal para el que viene e invivible para el que se quiere quedar...