Desde hace menos de un año está disponible en Internet, gracias al esfuerzo de varias bibliotecas universitarias, una parte importante de la colosal colección de 300.000 fragmentos de manuscritos medievales, escritos en múltiples idiomas (principalmente hebreo, árabe y arameo) y en diversos soportes antiguos, que abordan temas religiosos, literarios, de gramática, filosofía, medicina, astrología y astronomía.