«¡Esto es una mierda!». La exclamación, rotunda, es de un guardia civil que ha acudido a varias ocupaciones ilegales. «Sientes impotencia, cien por cien. Identificas a los ocupas e instruyes diligencias. No puedes hacer nada más, la legislación está como está», añade. «Si el propietario de la vivienda denuncia que cree que han entrado a robar en su casa, entonces, en un momento dado, podrías entrar por ese aviso de robo para intentar echarlos. Pero si llevan quince días..., olvídate si es una segunda vivienda», asevera.