Pienso a menudo en Alfon, por quien salimos a la calle, firmábamos manifiestos y protestábamos como se hace en los países democráticos, pero Alfon sigue en la cárcel como tantos otros presos políticos de regímenes no democráticos, como tantos represaliados de la España franquista; pienso en mis hijos, muy involucrados en movimientos políticos de izquierda y amenazados una y otra vez por quienes deberían defender su derecho a militar en la organización política que les venga en gana.