Los ciudadanos españoles estamos en contra de ETA, los representantes políticos, parece que también, pero no de la misma forma. Si los ciudadanos estamos en contra y ellos no saben representar nuestra oposición a los criminales de ETA, los que sobran son los políticos y sus pancartas. Sería fácil el acuerdo hace años, por consenso, aquel invento de Adolfo Suárez para una España dividida, pero también se ha olvidado. Por reducción, se deja una pancarta que diga, ETA NO, y ya está, todos de acuerdo, y todos juntos.