La política americana se ha desplazado hacia una de esas regiones brumosas situadas en áreas remotas de las constituciones, la parte del articulado que nadie quiere nunca utilizar. El impeachment, o proceso de destitución presidencial, es una procedimiento inusual, uno de esos preceptos que académicos y aficionados a la política ficción gustan de imaginar pero que nadie quiere ver en la práctica.