Lo que sí que parece que ya está claro y aceptado por ambas partes es que hay dos Españas: una, la que manda y gobierna y otra, la que obedece y se deja gobernar. Esta realidad, claro, no será nunca aceptada públicamente por la parte que manda, para ellos esto es hacer demagogia. Y es que ahora, por cierto, a toda idea o debate que nace de dos partes encontradas lo llaman Demagogia. Se lleva muchísimo decir que hacemos demagogia.