Es de todos conocida la estrecha relación que existe entre los grandes herbívoros africanos, como rinocerontes, antílopes y vacas, y los picabueyes, esos pájaros que se posan sobre su lomo y les arrancan los parásitos que se alojan en su piel. Pues resulta que un comportamiento parecido se ha documentado recientemente en el mar, entre los albatros y los peces luna. Y digo documentado, porque los biólogos marinos ya sospechaban, al menos desde mediados del siglo XX, que algo ocurría entre esas dos especies.