Este pasado miércoles los agentes observaron a una persona con una bolsa y un palo en la mano, realizando movimientos sospechosos. Los agentes se entrevistaron con un testigo que afirmaba que llevaba un rato siguiendo a dicha persona, que rompía botellas y dejaba los cristales en punta. Los policías se acercaron a hablar con él, que explicó que estaba dando de comer a los conejos y retirando los cristales del suelo, mostrando una actitud nerviosa. El testigo afirmó que esta persona siempre tenía una actitud arisca con los dueños de los perros.

Hace un siglo las feministas usaron como armas alfileres escondidos en sus sombreros. Algunos hombres pidieron que fuesen prohibidos. Estas improvisadas armas mantuvieron a raya a los acosadores. La prensa, sobre todo la de Nueva York o Chicago, registró numerosos casos de mujeres que, al ser atacadas por extraños, usaban los alfileres como defensa personal, llegando a editarse panfletos y pequeños manuales. Pero no solamente en Estados Unidos...

Ha sido condenado por un delito continuado de maltrato injustificado de animales domésticos con la intención de causarles la muerte. Dejaba trozos de salchichas con materiales punzantes en la puerta de su cochera y en los contenedores que había junto a ella. Es vecino de la localidad de Torredonjimeno en la provincia de Jaén. La sentencia recoge que el procesado no llegó a lograr su propósito, pero sí causó daños a dos perros que llegaron a ingerir las salchichas y que precisaron asistencia veterinaria, aunque los dueños no reclaman.

Lamentablemente, es habitual ver cada cierto tiempo mensajes por redes sociales que alertan de la presencia de salchichas u otros alimentos con alfileres en su interior: una práctica que algunos llevan a cabo con el fin de que los perros lo ingieran y les produzca daños internos, que en muchos casos pueden llegar a ser mortales. Las autoridades advierten a los dueños del peligro existente y recuerdan a quienes depositen estas trampas que está tipificado como delito castigado con entre 3 y 18 meses de cárcel.

Manuel A.M. admitió en el Juzgado Penal 1 ser el responsable de la colocación de cebos cárnicos con alfileres destinados a causar daños a los perros en distintos puntos de la ciudad entre 2016 y la fecha de su detención, el 6 de noviembre de 2021. Tras abonar la responsabilidad civil por un delito continuado de maltrato animal (4.600 euros), la fiscalía dejó la petición de pena en un año de prision, que no cumplirá si no delinque en el plazo de dos años.