La disparidad de la edad mínima legal de acceso a determinados derechos es total .Irene Matas tiene 16 años y, como todas las adolescentes, se cree muy mayor y muy autónoma. La ley le autoriza a hacer muchas cosas. Puede tener relaciones sexuales, casarse, hacerse un piercing —de hecho, se lo ha practicado a escondidas sin que nadie le pidiera acreditar su edad—, e incluso abortar sin permiso paterno. Sin embargo, no puede votar ni conducir ni comprar tabaco ni alcohol ni ir a la discoteca legalmente.