El Gobierno español, encabezado por su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, no debe limitarse a "lamentar" los recientes sucesos en Honduras. Hay una embajada de Honduras en España, concretamente en Madrid, con su correspondiente embajador que todavía no ha salido ante los medios de comunicación a condenar el golpe de Estado sufrido por el presidente Zelaya. Por tanto, si el Estado español quiere mantenerse fiel a la legalidad, y proteger la legitimidad democrática de las instituciones hondureñas, debe apelar al embajador...