Ahora, unos meses después, apenas se habla de China para nada: la incidencia del virus allí es mínima. Muchos se preguntarán cómo ha sido posible que el país en el que se dio el primer caso tenga ahora el virus a raya. Un tuitero español (@Nyscalo) que vive en Shanghai ha publicado un ilustrativo hilo en el que cuenta con todo detalle el exhaustivo –casi orwelliano– control al que es sometido cualquier viajero, ya sea chino o extranjero, residente o turista, que entra en el país.