Mientras que los presos comunes se pasan décadas a la sombra por asesinatos y crímenes horribles, en España hay personas juzgadas, sentenciadas y condenadas por delitos como secuestro, asesinato o corrupción que han salido a la calle a los pocos meses, indultados por el gobierno o gracias a amistades con políticos. Ejemplo: Rafael Vera, condenado a 88 años por secuestro, salió libre a los 8 meses.