Un guardia urbano, ni corto ni perezoso, pega un sopapo a un taxista porque no se ha parado ante la luz roja del semáforo. Lo que sería impensable ver en cualquier ciudad española, es normal en la capital de Afganistán. Los agentes de tráfico propinan bofetadas a los conductores que no respetan las normas viarias, cosa que, por otra parte, es bastante habitual en Kabul. Lo que, en cambio, resulta extraordinario ver en la capital afgana son semáforos.