La agresión de un árbitro al entrenador del Burjassot alevín ocurrió durante un partido de fútbol base, celebrado el pasado fin de semena en El Puig. Las consecuencias del ataque lo dicen todo: José Luis Pérez Cuesta, técnico agredido, sufrió una rotura en una muñeca, otra en el hombro del brazo opuesto, una en la nariz y una herida en el labio. "El entrenador le recriminó que no pitara una falta. Entonces, el árbitro se fue cara a él, le dio un cabezazo en la cara, lo tiró al suelo y lo empezó a patear", explicaba ayer un testigo.