"Hay mucha droga. Puedes comprar todo el día. Y dinero, mucho; más de 10.000 euros. Yo sólo venía a buscar una cosa que me dejé ayer. No compro coca, yo tomo metadona", dice Mahmud, blandiendo con su mano temblorosa y huesuda el carné de Madrid Salud y enseñando una bolsa de objetos que, en realidad, son los que no ha conseguido cambiar por alguna dosis.Como él, decenas de toxicómanos se acercan a diario al número 20 de la calle de Sombrerería, en Lavapiés (Centro), para comprar pasta base de coca o heroína.