Trabajamos con conceptos complejos. A veces las palabras no bastan, o son demasiadas. Podemos usar imágenes, claro. Pero aún así, pueden ser insuficientes. A veces es necesario construir mapas mentales que ayuden a organizar un proyecto, a definir un problema, a identificar una estructura. Desde mediados del siglo pasado se han desarrollado decenas de métodos para representar estructuras complejas. Su variedad es enorme, y todas tienen un único fin: plasmar sobre el papel (léase también pantalla) una idea, o un conjunto de ellas.