Cada año, unos días antes de San Valentín, la policía religiosa de Arabia Saudí advierte a tiendas, hoteles y restaurantes en contra de que se haga celebración alguna. A las tiendas de flores se les ha indicado que no vendan rosas rojas, las tiendas de juguetes han escondido todos los ositos de peluche y en los comercios de dulces se han guardado las cajas en forma de corazón. Además, ese día, estos "guardianes de la moral" se ubican en los parques y lugares donde se encuentran los jóvenes para poder sorpender a quienes infrinjan las normas.