Según Bin Laden Estados Unidos carece de la fortaleza espiritual para soportar reveses o perseverar en sus propósitos, y los contratiempos rápida y fácilmente le hacen sucumbir ante la determinación de sus enemigos. Estados Unidos es una nación admirable en numerosos sentidos, pero paradójicamente algunas de las cualidades de su gente —su apego a la libertad, vocación democrática, y compasión humanitaria hacia los menos afortunados— le hacen muy difícil comprender sus responsabilidades históricas como principal potencia mundial.