Dos años y medio después de la pesadilla, Sara –nombre supuesto de una treintañera alicantina– ha logrado que la Audiencia Provincial de Barcelona reabra su caso. En mayo de 2004, en una noche de juerga en un after-hour, Sara sólo recuerda que después de beber de una copa empezó a tambalearse, a transformarse. Una hora después, la sacaban del cuarto de baño medio desnuda, llena de golpes y con los pantalones ensangrentados. No recordaba nada.