El antecedente del estadounidense que reside en Berlín y que ha desarrollado una resistencia al virus del sida tiene su antecedente en uno de los lugares menos pensados para este tipo de singularidad: los barrios bajos de Nairobi, donde la miseria se enseñorea, cobija a una veintena de prostitutas quienes, a pesar de haber mantenido relaciones sexuales con numerosos infectados por el VIH, son inmunes al contagio. El ícono de esa historia es Agnes Munyiva, de 56 años, una prostituta africana que lleva los últimos 36 años ejerciendo...