"Tratad de imaginar cómo reaccionaría Norteamérica si Rusia, China, Irán o cualquier potencia extranjera osara sólo pensar en colocar un sistema de defensa de misiles en las fronteras de los EEUU o en sus aledaños, y no digamos si empezara a llevar a cabo ese plan. En tales circunstancias, de todo punto inimaginables, no sólo habría que esperar con certeza una violenta reacción norteamericana, sino que esa reacción resultaría también comprensible, por razones simples y claras."