ayer salí a dar una vuelta hacia Ferrol, es impresionante la pena que da. Según sales de la ciudad empiezas a ver en el horizonte columnas de humo, grandes columnas, y a lo lejos se ven las cimas de las colinas como si fuesen chimeneas. Me daba la sensación de que se estaba quemando todo, al pasar al lado de bosques aún intactos, te alegras pero te da miedo pensar que puedan ser los próximos.