Según el análisis de la escalada militarista en los partidos mayoritarios, hoy, podemos afirmar que el gobierno zapaterista ha sido el más militarista de la historia de este país. Las cifras claman y la OTAN, cada vez más, empuja a sus estados miembros a invertir en programas armamentísticos. Como buenos aliados, Aznar se mojó mucho y Zapatero, el sigiloso, se desparrama.