La excesivamente ligera comedia francesa Les chansons d'amour, de Christophe Honoré, y el plúmbeo drama ruso Izgnanie, de Andrei Zvyagintsev, se han conjugado hoy para mantener a media altura la competición oficial en el Festival de Cannes, que cumple su tercer día sin que acabe de remontar el vuelo. La primera sólo le sonará a novedosa a quien no haya visto El otro lado de la cama (2002), de Emilio Martínez Lázaro, una de las películas españolas más taquilleras, o su continuación, Los dos lados de la cama (2005).