Son empleados por los diez mil capataces que operan en el Reino Unido, algunos de ellos ilegalmente, en sectores como la agricultura, la construcción, la limpieza y el trabajo doméstico, la preparación o envasado de alimento, los servicios de salud, la hostelería y restauración y la industria del sexo. La mayoría de las víctimas son emigrantes, los más vulnerables a la explotación por traficantes sin escrúpulos debido al efecto combinado de las deudas en que incurren para emigrar....