C&P La mañana dedicada a la Lotería es una de las más tristes del año. Una mañana de cuento de Dickens, gris a pesar del sol, siniestra en su reparto absurdo de millones, de risotadas, de chorros de sidra. Una mañana deprimente, en blanco y negro. Una mañana que es, junto al discurso del Rey, la misa del Gallo, el desfile de las Fuerzas Armadas y las corridas de toros, la esencia de la España negra y destartalada que se aferra al pasado y se niega a desaparecer. Un asco de mañana.