EL CAIRO. «Los golpes deben ser suaves y no desfigurar su cara. (El marido) debe pegar (a la mujer) donde no deje marcas». Con estas instrucciones precisas explicaba recientemente el clérigo saudí Mohamed al Arifi en el canal de televisión libanés LBC cómo castigar a una esposa rebelde según el islam. Al Arifi no es el único. El rector de la Universidad de Al Azhar, la principal institución suní del mundo, puntualizaba, en otra intervención televisada, que «más que pegarles, es empujarles, pincharles».