[c&p] La crisis que atravesamos y cuya duración puede ser de varios años no es sino el pago que debemos afrontar por los excesos de la última década. Hemos gastado, como país, muy por encima de nuestras posibilidades. Esto nos ha obligado a pedir prestado continuamente al resto del mundo, hasta acumular una deuda exterior que supera el 70% del PIB. Y lo hemos hecho para financiar, sobre todo, gasto no productivo, gasto que no incrementa nuestra productividad ni nuestra capacidad de crecer sostenidamente. (*)