Desde que el caso Gürtel explotó el 6 de febrero tras meses de sigilosa investigación policial, el fogonazo informativo ha deslumbrado casi a diario a la cúpula del PP, que, de inmediato, lanzó una campaña bélica contra el juez Baltasar Garzón. Pero, aun siendo el de mayor envergadura política, no es este el único que golpea a los conservadores. Si, en los años noventa, el PSOE se vio acorralado por una sucesión de escándalos, ahora la sombra de la corrupción extiende sus alas principalmente sobre los feudos conservadores en el litoral...