En 1967, un banco de Chicago no le concedió a un maestro universitario llamado Milton Friedman, un préstamo en libras esterlinas porque tenía intenciones de utilizar los fondos para producir escasez de la moneda inglesa. Friedman, quien se había dado cuenta de que la libra esterlina tenía un precio demasiado alto en comparación con el dólar, quería vender la moneda y luego, después de que el precio de la moneda disminuyera, volver a comprarla para reembolsar...