El primer consejo al que suelen recurrir los afortunados que a día de hoy se dedican al diseño de parques de atracciones es que, para alcanzar dicho puesto, lo primero que se debe de hacer es frecuentar estos divertidos lugares. Y la mayoría tiene un argumento de peso para afirmarlo: su propia experiencia. Luego llegarán la teoría y los conceptos técnicos, pero su capacidad para sorprender al público la han conseguido gracias a eso, precisamente, a ser parte del público.
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