Estudiar música durante la infancia fortalece el cerebro, ayudando que se formen conexiones alternativas, lo que permite que mejore el rendimiento cognitivo en ámbitos que van más allá del musical. Además, estudios recientes señalan que las clases de música durante los primeros años de vida pueden convertirse en una de las mejores inversiones para la salud cerebral del futuro anciano y compensar ciertas pérdidas mentales propias del envejecimiento.
|
etiquetas: música , cerebro 
