Disfrutaban de un cálido día en Porto San Giorgio por lo que decidieron darse un chapuzón, a la vez que se demostraban su amor, en un playa casi desierta con tan mala fortuna que debido a la succión fueron incapaces de separarse. Así permanecieron en el agua hasta que una mujer que paseaba por la playa les ofreció una toalla. Tras vanos intentos por despegarse en la orilla hubo que llamar a un médico y ser trasladados a urgencias de un hospital donde a la mujer le fue administrada una inyección para la dilatación del útero.
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