«Puedes subirme el alquiler si quieres, pero entiende que, cuanto más a disgusto esté aquí… más posibilidades hay de que me libere de mis cadenas y deje de observar las sombras que se proyectan en la pared para salir al exterior y descubrir que, durante todo este tiempo, el cuchitril que me has alquilado no es una vivienda operativa sino una cueva sin luz natural.»

El presidente de Amazon, Jeff Bezos, adquirió este verano su novena casa en Indian Creek, una isla de lujo a la que a veces llaman el «búnker de los multimillonarios» de Miami por el número de multimillonarios que tienen casa allí; entre sus vecinos se encuentran ahora el financiero Carl Icahn, el magnate de los concesionarios de coches Norman Braman y Jared e Ivanka Trump.

Los usuarios buscan alternativas flexibles que faciliten la movilidad con unos precios moderados, una oferta de servicios añadidos y el atractivo de vivir experiencias dentro de una comunidad. Estos son los cimientos que sostienen el auge de estas tendencias de alojamiento en el mercado español, que se encuentran a caballo entre el residencial en alquiler y el modelo vacacional. El flex-living crece pero “aún está en una fase muy embrionaria respecto a otros países europeos”.

El intérprete afirma que el éxito que cosechó gracias a Farmacia de Guardia no le cambió y que, aunque duerma en el sofá de un amigo, sigue siendo el mismo y tiene los pies bien anclados al suelo. "Me dejan entrar al baño a hacer mis necesidades y a ducharme”, dice.