Los planificadores militares rusos siempre han asumido que, en caso de crisis, podrían recurrir a reservas formadas por aquellos que han pasado por el servicio militar. El problema es que muchas de estas personas están envejeciendo y carecen de una formación actualizada. Ahora el ministro de Defensa, quiere complementarlos proporcionando entrenamiento militar en las universidades rusas. Muchos de estos nunca servirán en el ejército regular, pero con las habilidades adquiridas de esta manera, podrían integrarse en el ejército fácilmente.
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