La crisis de 2008 me dejó tieso, y así sigo. Aquí me han llamado anarquista, comunista, nazi y otras lindezas, solo soy lo primero. Pedaleo lavadoras, monto textos, escribo bicicletas.
#1 hay una norma ética sugerida por psiquiatras y psicológios a periodistas, no usar esa palabra ni ahondar en el hecho por su efecto llamada. Aquí la autora lo hace magistralmente. De nada.
Pues sí pero hay que tramitarlo antes con la empresa en que trabajaste, es algo de los años 70, yo se lo hice a mi suegro y luego se lo aplicaron en el programa de renta. La primera vez que le devuelven.
Lo singular de todo esto es que posiblemente Coppola, en su momento de mayor gloria, se comportaba igual, pero la sociedad de entonces no lo consideraría acoso. Los tiempos han cambiado, la sociedad también, y a la gente mayor (por edad o mentalidad) le cuesta adaptarse.
Mi amigo el agricultor, en el pueblo de Guadalajara de 6 habitantes, se cayó de la pala hace un mes, en su nave, y se estrelló contra el cemento. No había nadie para ayudarle, así que se tapó la cara con un trapo (sangraba como un gorrino, me contaba), esperó a reponerse un poco, y se fue conduciendo en el coche hasta el centro de salud, unos 20 km. Al día siguiente, al tractor otra vez, hecho un ecce homo y contándonos entre risas la hostia que se pegó. Eso es vivir en el campo.
Durante muchos años compartí la opinión del autor. Ahora creo que la única forma de que exista una nación española es que unos ondeen banderitas y otros no nos sintamos representados por ellas, traguemos, y que ellos traguen con nosotros. La españolidad posiblemente sea hacer convivir esa contradicción, no agruparnos a todos bajo el Viva España.
Aunque nos parezca ilógico, los BIC (bienes de interés cultural) pueden ser privados, lo que no significa que su dueño pueda hacer con ellos lo que quiera. Más bien todo lo contrario, hacer cualquier cosa en ellos es un follón monumental, y tener uno no es necesariamente un chollo. Otra cosa es que semejante patrimonio debiera ser adquirido por la CC.AA. o el estado para asegurar su pertenencia a todos los españoles.
A quienes las vimos antes y después (y aprovecho para recordar que pasábamos al Prado gratis y apenas había gente dentro) ni siquiera nos pareció el mismo cuadro. De hecho muy pocas veces he visto la luz de Velázquez en Madrid, no sé si porque se la inventaba, por la polución o porque en ese siglo los rayos del Sol llegaban de otra manera.
¡Momento quietoparado! Que nos dijo un señor que ahora está en el BCE que no nos iba a costar nada... deberíamos declarar a Luis de Guindos persona non grata y no dejarle volver a entrar en el país.