#10 Me parece un tema interesante, he estado leyendo un rato el artículo en la Wikipedia.
De todos modos, Israel trata mucho mejor a sus minorías religiosas que cualquier otro país de alrededor. Me da la impresión de que se tiene un listón altísimo para el país que no se tiene para los demás, de los que apenas se informa. Habría que ver si hubiera algo parecido a la libertad de prensa en los países árabes.
Por eso es mala idea dejar que los chavales reciban formación académica, a través de un sistema educativo público, porque claro, se vuelven más listos y ya no les gusta tanto ser esclavos. La fortaleza formativa de la población es una medida inversamente relacionada con la fortaleza del capitalismo y de la monarquía; cuanto más tienes de una cosa, menos tienes de la otra.
Yo lo que digo es: ya que el sistema público pone a disposición de los chavales el capital inmaterial (formación profesional), ¿porque no continuar para adelante ya con la medida para proporcionar también a los chavales el capital material (es decir, los medios productivos relacionados con la formación profesional recibida)? De esta manera los chavales podrían emprender sus propios negocios, habría así competencia y liberalismo económico, y seguramente hasta podrían devolver de esta manera también al Estado el valor del capital material e inmaterial recibidos.
De todos modos, Israel trata mucho mejor a sus minorías religiosas que cualquier otro país de alrededor. Me da la impresión de que se tiene un listón altísimo para el país que no se tiene para los demás, de los que apenas se informa. Habría que ver si hubiera algo parecido a la libertad de prensa en los países árabes.
Yo lo que digo es: ya que el sistema público pone a disposición de los chavales el capital inmaterial (formación profesional), ¿porque no continuar para adelante ya con la medida para proporcionar también a los chavales el capital material (es decir, los medios productivos relacionados con la formación profesional recibida)? De esta manera los chavales podrían emprender sus propios negocios, habría así competencia y liberalismo económico, y seguramente hasta podrían devolver de esta manera también al Estado el valor del capital material e inmaterial recibidos.