Toda promoción de viviendas debe incluir un número mínimo de viviendas destinadas al alquiler social.
Las administraciones podrían compra suelo o viviendas para su posterior uso como vivienda social.
Una vivienda social no puede pasar a manos privadas
Por supuesto no tiene sentido la compra y venta de vivienda protegida, debe ser siempre de alquiler social y ser siempre de titularidad pública.
#12 Depende de quien gobierne en cada comunidad autónoma. No he visto un gobierno de cambio en ningún sitio siempre gobiernan los mismos al final lo que pesa son las marionetas que sacan en cada elección para desviar la atención: puigdemont, amnistía, eta, koldo,. ..
Menos mal que la mayoría no está infantilizada como en EEUU y aún tiene la suficiente inteligencia para pensar por sí mismo.
#2 Hace tiempo que los políticos españoles montan escándalos como los que se veían hace años en esos países sudamericanos. Los intelectuales de la transición los han enterrado para sacar lo peor de cada partido.
#2 Además España es el geriátrico de Europa hay zonas llenas jubilados ingleses y alemanes. Viejos con dinero que revientan el mercado inmobiliario y tensionan la sanidad pública.
Pero también muchas zonas se han convertido en geriátricos para extranjeros ricos (ingleses, alemanes, ...) que aportan poco y quitan mucho. La población española envejece y solo vienen más viejos de fuera para reventar los precios de la vivienda.
El odio no se siembra solo necesita tiempo y la colaboración de todos (medios, instituciones, ...). Una vez que el odio arraiga cualquiera se verá capaz y con razones de sobra para matar a su vecino.
El problema es que esto se tiene que acordar con otros países de la UE. Regularizas en España esperando que se queden aquí a trabajar pero resulta que luego se van a Paises Bajos, Alemania o Francia.
Hacer que la gente se mate entre sí no es fácil, porque la gente suele ser pacífica y buenas personas. Primero hay que convertirlas en malas personas, sembrar la semilla del odio necesita tiempo y hay que valerse de los medios de comunicación, de colectivos sociales, de instituciones educativas hasta hacer que la presión del entorno social empuje a cualquiera por la dirección equivocada del odio.
Son una trampa para recibir subvenciones y hacer lavado verde es como esos alcaldes que colocan los medidores de la calidad del aire donde les conviene en vez de donde se debe. Hacen las leyes a medida de su escroto.