Ciudadano terrorista

"Este virus lo paramos unidos"

Si escucho una vez más esta frase me dedicaré a patear algo porque la verdad es que no lo estamos en absoluto. Ya está bien de usar estas consignas banales para desacreditar a todo aquel que intenta hacer una crítica o está en desacuerdo con las medidas del gobierno. Los políticos tienen que rendir cuentas a la población, que es a quien se deben.

Este virus lo paramos unidos. Sí, los ricos están unidos, unidos pero no revueltos; y los pobres están mucho más unidos que los ricos, confinados en zulos, compartiendo pisos, haciendo cola en los comedores sociales, sin las más mínimas condiciones para que los niños puedan estudiar o teletrabajar, que es cool porque suena moderno: coworking, coliving, ¡cojones! (por seguir la rima)

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos a la madre soltera con tres hijos que viven en un piso de cualquier barrio popular como Jinámar o El Sobradillo

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos al autónomo que pasó el último mes sin poder acceder a los préstamos del gobierno porque los bancos lo han convertido en una pesadilla burocrática. Esos mismos bancos que rescatamos hace unos años.

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos al pequeño empresario que ve cómo su empresa se va a la basura y las grandes empresas del país reciben ayudas y beneficios fiscales.

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos al trabajador que se ha quedado sin su puesto de trabajo y que no está recibiendo sus prestaciones porque debido a la "saturación del sistema" no se han procesado sus solicitudes mientras todas las grandes compañías han podido presentar sus EREs y ERTEs sin ningún problema. Que ven que todos los parlamentos nacionales y autonómicos están cerrados pero sus señorías siguen cobrando sus dietas.

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos a las familias que han perdido seres queridos y que se preguntan por qué a las empresas que manejaban las residencias de sus familiares se les ha permitido abrir y mantener centros abiertos sin el personal y los medios necesarios. Todo ello mientras multiplicaban sus beneficios. También unidos a los familiares de los vivos que se preguntan por qué no se aíslan, porqué siguen todos juntos en las residencias como carne de cañón, si ya van seis semanas y todo sigue igual.

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos a los trabajadores sanitarios en centros en los que las plantillas no se han reforzado, viendo que se van quedando sin compañeros por cuarentenas y bajas, y recibiendo aplausos mientras muchas empresas farmacéuticas se benefician de la crisis.

Este virus lo paramos unidos. Sí, unidos a los demás países, principalmente a los más pobres, pensando en que las medidas que tomamos no se conviertan en condenas a muerte para ellos, los más débiles.

Todo ésto está muy bien, pero éste es el momento donde la auditoría sobre el gobierno, donde la claridad en cualquier dato, cualquier decisión tomada tenía que estar por delante de sus intereses partidistas. Por nuestro país, por nuestros familiares, vecinos y compañeros, por el mundo entero también.

Si estamos realmente en guerra, como ellos han dicho, tienen que sentir que somos cuarenta y cinco millones de francotiradores y que en nuestras dianas están pintadas sus caras sonrientes, esas que ponían para las fotos de sus carteles electorales, mientras esperamos a que se desvíen lo más mínimo de su deber para apretar el gatillo.