Comisaurios

A la izquierda, Jose Luis Olivera, el otro comisario que aparece en las grabaciones de Villarejo.

El problema de las mal llamadas "cloacas del estado" (que no son tales, si no todo un estado paralelo por encima de la propia democracia) no es que fuesen a por Pablo Iglesias... es que van a por todas las personas de este país con una mínima pulsión por avanzar hacia el futuro.

La habitual mala memoria del español medio, sembrada y bien regada por la dictadura y esta pseudo-democracia, olvida detalles importantísimos que son los que realmente ayudan a entender el cuadro de nuestra realidad: un impresionismo de pincelada gorda e impulsiva, incapaz de entenderse si no te retiras a varios metros de la obra, para poder apreciarla en su totalidad.

Jose Luis Olivera, el comisario dispuesto a fabricar cuentas falsas contra Podemos que aparece en los audios de Villarejo con Ferreras, es el mismo que fue imputado por el espionaje a Bárcenas en la Operación Kitchen. Un espionaje parapolicial, a cuenta de todos nuestros bolsillos, que se habría organizado desde el Ministerio de Interior para robar la información comprometedora que el ex-tesorero del PP pudiera tener del partido y sus dirigentes.

Demos unos pasos atrás, alejándonos del cuadro, y entornemos ligéramente los ojos para ver mejor su composición: Jose Luis Olivera era también uno de esos dos policías que en los días del 15M se jactaron de haber detenido a la "cúpula de Anonymous".

Una rueda de prensa lisérgica, que sirvió para poner los cimientos de la criminalización contra la protesta en España. En ella, los comisaurios, hablaron de "organizaciones criminales" que realizaban "ataques zombies", pretendiendo dar un tinte terrorista a la protesta contra el bipartidismo PP-PSOE. Cabe recordar que la fiscalía pedía más de cuatro años para cada uno de los acusados.

Tras una batería de supuestas pruebas absolutamente risibles, como la tenencia de números de la antigua revista sobre informática "@RROBA" y ¡¡cinco años!! de proceso... todos los acusados fueron absueltos.

...Y como tras semajantes descalabros no podían seguir por ahí, el estado paralelo tuvo que sacarse de la manga la ley mordaza para callar a todas las personas.

Sólo en lo que va de nuevo siglo, Jose Luis Olivera fue jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (2003-2005), Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (2006-2011), Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (2012-2016).

¿Puede soportar una democracia algo así?, ¿podemos llamar democracia a un sistema que pone la voluntad de unos pocos, a cualquier precio, sobre los anhelos de millones de personas?.

¿Cuantas investigaciones y procesos habrán sido contaminados por este tipo de personajes del estado paralelo? a estas alturas seguramente sea casi imposible saberlo.

Pero hay algo que si podemos saber: Anonymous tenía razón. Y alejándonos del cuadro del todo, para poder observarlo en su aspecto global, no deja de ser sorprendente que más de una década después, aun no haya un solo periodista que haya sido capaz de establecer el obvio vínculo que hubo entre el movimiento espontáneo #15M/#Anonymous/#OccupyWallStreet y la posterior aparición orquestada de Q-Anon, el trumpismo y su MAGA como contrapeso a todo lo anterior.

Villarejo, Olivera, etc... para colmo, se jactan en las grabaciones con Ferreras de sus nexos con los servicios estadounideses... porque todo está conectado, pero no puedes verlo si no te alejas lo suficiente como para ver qué configuran las pinceladas del cuadro.

Contra nuestras sentadas y manos en alto pidiendo más y mejor democracia, años después y al otro lado del charco, otros acabaron asaltando el capitolio de los Estados Unidos de América con armas y linchando policías que sí creían en la democracia.

Así que la próxima vez que alguien argumente que esto no es relevante, o que sólo es problema de Pablo Iglesias, recuerden: no van a por Podemos ni a por Pablo, van a por todas aquellas personas que quieran algo mejor. Da igual de dónde sean o dónde estén, o si se apellidan Iglesias o Montero, Assange, Manning, Snowden, Caruana, Falciani, etc... Da igual si son mujer, hombre, transgénero o intersexual; da igual su color o credo.

Lo importante es que si crees en un mundo mejor, eso no puede permitirse. La nueva era del odio no ha nacido de la nada, como tantas otras veces antaño es una reacción. La reacción de los que quieren que todo se quede como está, o aun peor, que retroceda.

Ese es el cuadro completo: palos en la rueda del progreso humano. Y quizá de otras cosas no, pero en España de palos... sabemos bastante.

Y así seguimos más de una década después del 15M, debatiendo sobre pronombres o de la hipoteca de un tipo que se atrevió a alzar la voz e intentó cambiar algo, mientras olvidamos cómo todo un Estado como el español lo dejó vendido frente al acoso constante. O de las risas que nos echamos cuando recibió balas en el correo (mientras sus enemigos ahora se ponen lazos contra el terrorismo). Obviando que un estado incapaz de proteger a su vicepresidente y su familia no es ni más ni menos que un estado fallido.

Bienvenidos al país Jurásico, no hemos reparado en gastos. Versionando el fantástico minicuento del hondureño Tito Monterroso:

Cuando se despertó, el comisaurio todavía estaba allí.